miércoles, 3 de septiembre de 2014

Parte 2: Vivir el milagro y la misericordia de Dios.


Era como ver una película que no entiendes, en un momento un montón de sangre y en el siguiente estaba Valeria afuera, mi corazón daba brincos y mi mente trataba de darle sentido a lo que veía. Sus brazos y piernas eran pequeños, el doctor la cubrió rápidamente y la llevo a una sala contigua mientras yo veía angustiado todo. Fui detrás de ella mientras dejaba atrás a mi esposa que estaba en la sala de operaciones. Reanimaron a Valeria  y yo sentía cada palpitación pasar tan lentamente que sentía cada movimiento ventricular. El tiempo estaba detenido y yo ahí dándole sentido a lo que veía. Sin vivir, sin sentir, el corazón y la vida estaban tan lejos de mí como yo de los doctores que cuidaban a Valeria y Mónica. Yo en el limbo viendo a ambos lados sin moverme, inútil casi inerte. Regreso el doctor de ver a Valeria para indicarme su delicada condición, un tubo y una aguja fueron los brazos que la recibieron antes del beso de su padre. Ella empezaba a dar señales de su misión: vivir para transformar. 

Las lágrimas no fueron suficientes, mi mente quería gritar, la pesadilla estaba haciéndose más profunda. Aun dentro de la sala de operaciones y después de terminar de cerrar la operación de Mónica se acercaron a mí los doctores. Me dijeron que lo mejor era quitar la asistencia respiratoria a Valeria, fue como que me golpearan al pecho y la cabeza con un mazo… Tenía que tomar la decisión de dejar ir a mi hija… ¿Cómo podía tomar una decisión como esa? Sin tiempo para pensar dije que quería saber el pronóstico del genetista y también quería esperar a que mi esposa supiera para que juntos tomáramos la decisión. No puedo ni siquiera recordar cómo estaba parado, llame a mi amigo y doctor que nos había guiado tantas veces, su consejo se aplicó tantas veces a la vida de Valeria. “Si ella lucha hay que luchar con ella”.

Salí de la sala de operaciones y gracias a Dios mi hermano mayor me esperaba en la puerta, no sé si podría llegar más lejos sin su ayuda. La familia estaba reunida en la sala de espera y me toco explicarles la situación entre sollozos. Solo con la ayuda de la familia pude llevar las decisiones y tareas de esas horas que pasaban a cuenta gotas. Fue devastador contarle a Mónica la situación, y nos tocó acompañarnos para recoger los pedazos de nuestra fe y vida que habían sido destrozados cuando vimos que Dios tenía otros planes para nuestra hija y para nosotros.

El genetista nos indicaría que el caso de Valeria necesitaría un estudio genético pues no era uno común y por lo tanto no podía dar un pronóstico de Vida. La asistencia respiratoria era muy costosa e imprescindible para mantenerla con vida. Era necesario salir del hospital privado y buscar espacio en el hospital público del país. Fue la primera muestra de cómo Dios abriría las puertas para Valeria. Un proceso que duraría regularmente una semana (por decir lo menos), para ella duro medio día.

Un día después de su nacimiento salía con ella del hospital en una ambulancia para entregarla a otro hospital, yo me sentía absorto de todo, viendo las cosas a un metro de distancia posiblemente era la forma de manejarlo para no caer abatido por la situación. Entre a otro hospital, lleno de niños, sucio y  con largas colas. En este hospital encontraríamos nuevas reglas que hacían más difícil todo para nosotros. Se reducía nuestro tiempo con ella al tiempo de visita,  únicamente un par de horas diarias y solo en esa ventana podíamos saber sobre su evolución. Los doctores del IGSS de la zona 6 cuidaron a Valeria muy bien, nuevamente pude ver la fortaleza de mi esposa, recién operada, se levantaba todos los días para ver a su hija, y todos los días la dejaba confiando en que era ante todo la hija de Dios, estaba en Sus Manos y  El la cuidaría. Así pasamos navidad y año nuevo del 2013, corriendo todos los días a verla y decirle cuanto la amábamos. Las fiestas de fin de año las vivimos a medio corazón, tratando de vivir alegres pues teníamos a nuestra hija Sofía que no paraba a sus 4 años y por otro lado sin Valeria sentíamos sufrir con el simple hecho de estar despiertos.

Valeria pasó los primeros 56 días de su vida en el hospital. Unos días antes de su salida junto al doctor que la vería por los meses siguientes por relación a sus pulmones tuvimos los resultados de su diagnóstico genético.  Su condición era llamada displasia tanatofórica. El genetista nos explicaría que era mortal y que él nunca había visto un diagnostico porque regularmente morían antes de poder tomar una muestra para estudio. ¿Su pronóstico de vida? ¡Ya lo había superado! ¡El pronóstico era a lo mucho de una semana!  El milagro era que estuviera viva, y que aún no había sido operada como regularmente es indispensable con otros bebes con estas condiciones. Regularmente la traqueotomía es necesaria y después una válvula para su alimentación. Valeria salió del hospital con ayuda respiratoria pero era mínima.

Pasamos unas semanas de tensa calma aprendiendo a cuidarla, pero por fin la teníamos para quererla, su futuro era aún incierto y como vimos tantas veces después de los diagnósticos médicos: la última palabra la tiene Dios.

El calor del verano empezaba a hacerse sentir en los primeros días de febrero y sacamos una piscina inflable para que Sofía pudiera chapotear y distraernos porque no podíamos salir de la casa por los cuidados constantes que necesitaba Valeria. Mónica tenía una semana de atraso, el simple pensamiento de repetir los pasos que habíamos vivido con Valeria nos hacía escapar de la mínima idea de empezar nuevamente con otro embarazo.

Estaba junto a Sofía jugando en la piscina inflable cuando Mónica llego con una cara nerviosa y los ojos perdidos en el horizonte. Con voz temblorosa logro decirme: “estoy esperando otro bebe”. Mi cabeza no procesó la frase. No podía ser, era una broma. Le dije que no jugara con eso, que no podía ser posible. “Si no me crees puedes ir a ver la prueba” fue todo lo que me pudo decir.

Baje corriendo a ver la prueba, un balde de agua fría no fue nada a la sensación que sentí al ver la prueba positiva. ¿Cómo era posible que ahora fuéramos modelo de fertilidad? Sofía nos había costado casi dos años de tratamiento médico de fertilidad, Valeria sin tratamiento había tardado 6 meses en venir y ahora estábamos en una circunstancia tan adversa y aún más con las precauciones que habíamos tomado, que era imposible que estuviéramos esperando otra vez. Pero Dios tenía la razón.  

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Unos días después del fallecimiento de Valeria buscábamos nombre para nuestra nueva bebe. Al saber el significado del nombre que nos sonaba mejor supimos que era el correcto. Ana Elisa.  Ana significa  Dios se ha compadecido y Elisa significa la ayuda de Dios.

Dios sabe lo que hemos tenido que pasar hasta este momento, el nacimiento de Valeria ha significado la tarea y prueba más difícil que hemos vivido como familia y ha sacado lo mejor de nosotros definitivamente.  Y en Elisa nos ha dado el consuelo para superar la partida de Valeria. Dios no nos ha destruido, hemos sido testigos de su infinita misericordia, una vez más.

Parte 1
http://elmauku.blogspot.com/2014/09/nuestro-milagro-se-llama-valeria.html

martes, 2 de septiembre de 2014

Nuestro milagro se llama Valeria

Un día de septiembre del 2013 empezó un viaje que nos mostraría la verdadera naturaleza del amor de padres. Ese día en un segundo, tras un largo silenció, la vida nos cambio para siempre. Nunca más la familia que formamos con Mónica sería la misma. Ese día nos enteramos que Valeria sería especial, tenía una condición congénita, su crecimiento no era normal. 


Nos devasto... destruidos y confundidos buscábamos por todos los medios despertar de esa pesadilla. No había respuesta, parecía que el camino estaba trazado. Apretamos los dientes y doblamos las rodillas, nunca en la vida mi fe había estado tan aprueba. 
¿Realmente creía en que Jesús podía sanar a los enfermos? Y no aquellos enfermos lejanos, o aquellos que cuenta La Biblia...  Necesitaba que sanara a la más cercana, a quien estaba en el vientre de mi esposa! ¿Realmente El era la respuesta ? La situación absorbió todo absoluta y profundamente. ¿Dónde estaba Jesús? ¿Dónde podía encontrarle para que sanara a mi bebe? ¿Quien podía llevarme a El? 


El tiempo pasaba y las dudas y la desesperación nos atormentaban cada día, cada minuto. Nuestra voluntad hacia lo posible por hacer flotar nuestra Fe, esa que había renacido en un retiro mientras aún éramos novios. Esa fe que muchas veces hablo a otros de los pequeños milagros y transformaciones que habíamos vivido. Esta vez no pedíamos con paciencia, clamábamos por un milagro, aquí y ahora. 





En una reunión de confirmación de diagnóstico escuchamos el trueno que rompía todas las estructuras, toda nuestra Fe. El doctor nos comunicaba que la probabilidad era altísima de que el embarazo no llegará a término y que preparáramos todo para un servicio funerario. Todo se rompía y nada había que hacer, caíamos destruidos frente a su devastadora noticia. 

La ayuda no vino de los amigos o familia cercana, ni siquiera de la comunidad a la que pertenecíamos y menos del Padre que nos conocía y que lideraba la iglesia a la que asistimos por tantos años. Ese día devastados llorábamos frente al altar de la casa, el silencio de Dios nos abrazaba y la oscuridad nos envolvía. 

¿Dónde estaba ese Dios que nos había fortalecido? ¿Por qué nos pasaba esto?... Nos entregamos a la cruz y nos respondía el silencio. 

Llamamos a una pareja de amigos que sabíamos estaban cerca de Dios como último recurso entre la desesperación que ya controlaba todo. Ese día Dios nos hablo en ellos, teníamos que luchar, creerle a Dios, creer que podíamos ver la gloria de Dios. Ellos nos dieron un ejemplo de verdadera fraternidad al unirse a nuestro dolor, al unirse a nuestra lucha. Con ellos empezamos la lucha más fuerte que enfrentamos. La lucha espiritual. En ella y por ella nos absorbió una calma y paz que no entendiamos. La fe que teníamos empezaba a afianzarse en la Roca y nosotros experimentamos la famosa paz en la tormenta. Ya no llorábamos, esperábamos con Fe, esperando que Dios escuchara nuestro clamor. Junto a ellos aprendí a ayunar, aprendí a esperar de Dios y a creer que Jesús podía hacer todo lo que estaba escrito. 

Pasábamos por la peor pesadilla que cualquier padre puede imaginar  uno de nuestros hijos no llegaría a vivir, pero estábamos en paz, incomprensiblemente estábamos en paz, ya no llorábamos desesperados y cuando las dudas nos atacaban corríamos a leer las promesas de Dios plasmadas en la Biblia. Luchamos por no tener grietas en la fe, por vivir de ella. 

No era negación como algunos nos dijeron, no era vivir pensando que no podría pasar lo que temíamos. Era creer que Dios podía, si era Su voluntad mostrarnos Su Gloria, manifestar su misericordia en nuestra bebe. 

Tres meses después de perseverar, en una madrugada de noviembre nos enfrentamos, al día del nacimiento. Yo le repetía a Mónica que ese día veríamos un milagro, y vimos uno! Era ella y su fuerza! No lo descubrimos en el momento, porque nuestra Fe y entendimiento seguían clavadas en que nuestra plegaria era idéntica a la voluntad de Dios. Sentimos el NO de Dios como nunca, desconcertados y abatidos recogimos los pedazos de vida que nos quedaban, pero el milagro estaba allí, era ella con sus limitaciones físicas pero con el Alma más pura y la voluntad más recia que yo he conocido jamás. Venía con una misión, la más grande de todas, transformar a su familia y meterla por completo en el misterio del amor. 
Nuestro milagro tenía nombre, se llama Valeria.


Esta foto fue tomada con Valeria aun en el vientre, unos 15 dias antes de su nacimiento.

Parte 2: http://elmauku.blogspot.com/2014/09/nuestro-milagro-se-llama-valeria.html

jueves, 10 de enero de 2013

Estoy bien Mamá..

Estoy bien Mamá... el tiempo sigue pasando y sigo vivo, cuatro años desde que te fuiste y las heridas de tu partida han cerrado. Miro a la vida como me enseñaste: con optimismo y fe. Sigo luchando por ser el buen hombre que me enseñaste a ser.

Te extraño en los momentos sencillos con mi hija: me imagino tu reacción en las risas por sus ocurrencias, en sus respuestas que me recuerdan tu viveza, en un día común mi corazón siente tu presencia.

Estoy bien Mamá, porque he aprendido a vivir con tu ausencia, he aprendido a verte sin tenerte cerca. He aprendido a perdonarme por las cosas que no hice bien mientras estabas aquí.

Estoy bien Mamá, porque se que te llevo conmigo siempre. La carne te sigue llamando pero ya no llora por que no te ve, sigo amándote y eso no cambiara con el tiempo. En estas lineas por ser tu cumpleaños te quiero regalar paz pues sé que estarías feliz de escucharme decir: Estoy bien Mamá.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Precuela: visitando Cusco



Antes de visitar Machu Picchu hice una escala de 1 día por Cusco. Un lugar muy bonito y que esperaba conocer caminando pero desde aquí subestime la altura y también la temperatura.  

Salí del avión vestido para el polo norte, la gente me miraba raro, pues ellos andaban con un sudadero y yo completamente cubierto hasta con guantes y bufanda. La temperatura a las 8 de la mañana era de 5 grados Celsius. La temperatura promedio de Guatemala estará cerca de los 19 grados Celsius, así que esto era para mi realmente frío. 

Mi mayor sorpresa fue que llegué a la casa de mi operador de tour y ahí estaba tomando el sol un Neozelandés, en pantaloneta y con zapatos destapados (además sin calcetines) . Al preguntarle sobre que tipo de locura lo aquejaba me respondió que esa era la temperatura de verano en Nueva Zelanda. (!!) 

Pero en algo yo lo superaba: adaptación a la altura. El llevaba dos días recuperandose de los males de altura que estaba sufriendo. Me contó que el primer síntoma era sentirse cansado, luego mareo, seguido de dolor de cabeza y llegando a vómitos.  Al final esto provocaba que terminaran postrados esperando que el cuerpo lograra compensarse. Yo tenia 8 horas para conocer cusco, ni pensar en estar postrado!

Y no era que yo pudiera decirle a mi cuerpo que no se viera afectado por la altura, Cusco duplicaba la altura de Guatemala y yo todavía no sabia como me afectaría (Guatemala esta a 1592 msnm y Cusco 3399 msnm).

Me dejaron en la plaza central y me pareció muy familiar todo. Se parecía a Antigua Guatemala mucho: casas con piso de teja, calles empedradas, estilo colonial. La diferencia era el frió y los colores que en el caso de Antigua son cálidos y con contrastes más fuertes.

Mi primer impulso fue buscar un acceso a Internet para avisar a mi familia que estaba bien. Caminé  a paso moderado hacia un restaurante que me indicaron, después de subir 5 gradas para llegar a la puerta me sentí súbitamente agotado, respiraba agitadamente. Me paré por un momento y dejé de sentir mi corazón palpitar! ahora era mi cabeza la que tronaba como un tambor. Así me di cuenta que tendría que pelear por cada respiro en Cusco, que mi plan de recorrer caminando rápidamente la ciudad no podría realizarse.

Me quedé parado por unos momentos esperando que no empeorara mi malestar. Todo paso rápidamente y pude sentir que todo volvía a la normalidad.

Tomé fotos de la plaza y me reuní con dos amigos argentinos que compartieron mi semana de trabajo previa. Después de una breve visita al hotel empezamos la caminata por la ciudad. Las calles además de ser empedradas tenían pendientes muy altas.  Lo común era caminar una cuadra y descansar un par de minutos. Pasamos la mañana caminando y luego tomamos un descanso en la plaza central viendo a las palomas tomar el sol acostadas sobre el pasto. Después de un almuerzo leve (que seria mi ultima comida formal hasta regresar a casa 2 dias después) empezamos un tour por los puntos clave de la ciudad y su historia. En el video que adjunto podrán ver parte de lo que vivimos.

El tour terminó cerca de las 7 P.M. y yo empezaba el viaje para encontrarme con Machu picchu esa misma noche. Tome un taxi que me acercaría a una estación de tren: la aventura apenas empezaba pero esa es otra historia...








lunes, 10 de septiembre de 2012

Machu Picchu ultima Parte: Huayna Picchu, el gran reto.

Al darme cuenta que en el correo mencionaba la famosa montaña, me preocupé. Sinceramente no tenía intención de subir el Huayna Picchu, si al empezar el día hubiera estado consiente de esto, hubiera guardado fuerzas. Ya había subido a la puerta del sol y esto no se miraba mas fácil.
Terminaba el tour y yo seguía debatiendo mentalmente por qué subir y por qué no hacerlo.  La razón mas importante para no subir era que no tenía suficiente agua y tampoco había donde comprar, solo fuera del parque turistico. 

El tour llego a su fin y yo me acerque al guía para confirmar que realmente tenía entrada a Huayna Picchu. El guía no dio lugar a escapar fácilmente, no solo me dijo que tenía entrada sino que debia apresurarme pues solo tenía 5 minutos para llegar a la puerta de chequeo. Me inclinaba por no subir, el viaje había sido bueno y era una prueba mayúscula honestamente.

Aquí se ve el Huayna Picchu al fondo, el reto era llegar a la cima... 


Me acerque a unas señoras colombianas, compañeras del tour, que me habían preguntado por Tikal al saber mi nacionalidad.  Me despedí y les comenté que tenía entrada para Huayna Picchu, pero que no sabía si lo utilizaría porque ya había superado una dura prueba en la madrugada. Una de ellas abrió los ojos grande y me dijo: "has venido de muy lejos para estar aquí, y la verdad vale la pena aprovechar la oportunidad". No necesite más. Pensé: no regrets! nada me voy perder de esta oportunidad. Recogí mi mochila y me armé de valor mientras caminaba a la puerta de ingreso. Repasé mi inventario de provisiones: 4 mandarinas y cerca de tres cuartos de un litro de agua. Me mentalicé a no tomar agua hasta llegar a la cima, y las mandarinas serían mis "bombas de adrenalina" si me moría de la sed.

En el inicio debía subir un poco en la montaña pequeña y luego una opción se presentaría.


El Huayna Picchu, la creencia inca era que solo los de corazon puro lograban subir la montaña... yo digo que si no lo tienes, en el camino lo limpias!


La ruta inicial era relativamente normal, tenia subidas pero no era de muerte. Juzgué prematuramente el reto. 



Llegué a una bifurcación. Se presentaba nuevamente la opción de tomar un reto más sencillo, era acaso una señal de que debía tomarlo tranquilo? me paré por uno segundos a ponderar las opciones. Me alcanzó una pareja de Estadounidenses y al preguntarles a cual irían me dijeron que definitivamente al pequeño, que no aguantarían la otra. Pensé nuevamente que yo tampoco.  Se fueron. Mire a mi alrededor y ninguna luz que me diera una sugerencia. Luego la idea vino otra vez: NO REGRETS! si lo voy a hacer: lo voy a hacer en grande! y empecé a caminar. 

Nunca tuve una idea muy clara de que era lo que iba a enfrentar, solo tenía una idea en la mente: llegaría a la cima, sin excusas.





Debía bajar de la montaña pequeña y cruzar una especie de puente para empezar a subir al Huayna picchu. Mire y pensé que la meta estaba lo mas cerca del cielo a lo que mis pies me llevarían.


A veces el camino era una escalera infinita que atravesaba la montaña. Un lugar muy bello y pacífico pero que me causaba superar. Sudaba fuertemente y tenía que detenerme frecuentemente para recuperar el aliento.




Otras veces era mi miedo a las alturas lo que mantenía ocupada la mente, mi cuerpo me seguía gritando por la sed y tambien pedia que me detuvieray yo le respondia exigíendo más en cada subida. Saqué mi primera mandarina cuando sentía que no podía más, y me refrescó un poco... un poco.


La vista de Machu Picchu era impresionante, parecia que estaba volando sobre la plaza! yo podía ver a los turistas y poco  tiempo antes yo estaba entre ellos! En esta vista pude además ver el camino que había pasado en la montaña anterior y me sirvió de motivación para seguir adelante.


En un descanso me encuentro a una señora que venia de regreso tomando fotos, le pregunté: ¿cómo esta la cima?  me contesta con una sonrisa: I couldn't make it...( No pude lograrlo) luego me dice que le daban miedo las alturas y que simplemente no pudo más, que no le faltaba mucho pero que llegó un punto en el que se sintió mareada y no pudo poner un pie delante del otro. El esposo le decía que faltaba muy poco, que no se rindiera, pero no pudo superarlo. Yo suspiré angustiado. No me iba a permitir fallar, ella me aseguró que podría hacerlo, que era seguro y que no me rindiera... sonreí mientras me tomaba esta foto y por dentro luchaba por recuperaba mi entereza para el resto de la prueba.




Y es que la cima no iba a ser sencilla de conquistar: era más vertical (cosa que no imaginé a plenitud otra vez), caminos más estrechos y por supuesto: esto tomaria mucho tiempo, la tortura no se acaba rapido, la agonía del ascenso fue larga...


Yo miraba la situación complicada, superaba una subida y venía otra y otra.. pasé más de una hora en el ultimo tramo. Me resistía además a tomar agua o comer alguna de las mandarinas, eso era el premio de la meta, no el postre del camino. Seguí y luché porque no había más que hacer. 


Alcance a una pareja de colombianos y compartimos parte del trayecto. Llegamos a una parte en que había una especie de túnel del lado derecho o el "camino" que me llevaba a trepar sobre rocas como haciendo escalada. El colombiano se metió en la cueva y su novia se quedó en la entrada viéndolo perderse en la oscuridad. Unos segundos después ella le gritaba que respondiera, que dejara de asustarla.  El nunca respondió, o por lo menos no lo escuche. Yo sólo escuchaba la novela mientras evaluaba la otra ruta. De pronto ella se metió en la oscuridad y se perdió también.  No imaginé que algo malo les pasara, imaginé que él quería estar con ella a solas en ese lugar oscuro así que ni me asomé.  Como ellos estaban ocupando la sala no vi otra opción: tenia que subir como spider man, trepando. La roca estaba tallada para hacer ciertos escalones. Avance un poco y de pronto me quede trabado. Voltie a ver y cuando vi en que me había metido era demasiado tarde, no podía regresar y tampoco estaba entusiasmado por lo que me faltaba. Saqué el celular y tomé la foto que ustedes pueden ver, mientras pensaba: Si encuentran mi cuerpo que sepan dónde fue la última foto.  Guardé todo y apreté las nalgas para subir el resto, no podía regresar.

Llegué a la cima resoplando y también me temblaban un poco las manos.  La pareja admiraba el paisaje. Me dice el gordito: "ese no era el camino, tené cuidado es peligroso.." mientras resoplaba sin responder, pensé: puta! ni me di cuenta! cabrón, si me hubieras dicho te sigo!


Esta es la foto de las plataformas que subí, vistas del lado correcto. Yo estaba en la cara posterior de ellas. Los colombianos pasaron por el túnel (sombra oscura a la derecha) y subieron las escaleras tranquilamente hasta la tercera de las plataformas donde me encontraron! Y este no era el final, hacía falta otra parte! ya no daba más.



El último amigo que encontré en el ascenso me vio y me dijo que no me detuviera, que ya lo había logrado mientras el siguió sentado viendo al horizonte.  Me esperaba otro especie de túnel pero esta vez no improvisaría la ruta, tome la foto del amigo y me preparé para la conquista.


Debía pasar por debajo de la piedra y luego una escalera de madera hasta la cima. Suspire aliviado y pensé que nada me quitaba este gusto.


Un.. dos.. tres... cuatro gradas y  Llegué a la cima!! 

La vista era magnífica.. la ciudad a tus pies, y en la esquina izquierda de la foto dejé la ultima piedra de la montaña, no había mas camino por encima de mi, lo había logrado!



Un nuevo amigo en la cumbre del Huayna Picchu me tomó esta foto. Gilmer Tárraga, Peruano y quien   fue vital para que regresara entero a casa. 

Tomé unos tragos de agua y me comí una mandarina más como premio a la cima, disfruté cada sorbo pero estaba deshidratado por completo, me despertó más sed y estaba muerto de cansancio. Pero me goce alcanzar la meta! era una vista majestuosa: un mar de montañas en todos los extremos. Realmente uno se siente pequeño ante la inmensidad de este paisaje.

Después de unos minutos absorviendo esta delicia me dice Gilmer que debiamos empezar el descenso pues uno de los DOS guias que cuidan la ruta le había dicho que un frances se había perdido. No sabian nada más, se separo de sus amigos y nadie lo volvio a ver.  Yo no vi a nadie maltrecho, el único indicio fue una vomitada en uno de los ascensos pero no ví más señales...
Los guias pidieron a todos que empezaran a bajar para poder buscar al frances.

Había conquistado la meta pero faltaba algo: regresar completo a contar la historia. 


Miré las gradas y vi el camino que debía seguir mientras pensaba: ¿qué chingados estoy haciendo aquí? ¿por qué no me quede más abajo?


Las piernas me temblaban de cansancio, y ahora estaba sudando al ver el vacío delante de mi. El regreso no seria sencillo, sería la última gran prueba a mi miedo a las alturas. 


El vacío a la orilla del camino sería la constante, ahora daría la cara a toda la altura que había conquistado, mientras que en la subida me desconsolaban las subidas ahora las bajadas me atormentaban. No pude tomar muchas más fotos, necesitaba las manos libres para agarrarme y evitar caerme. Gilmer fue vital en esta parte del trayecto, fuimos compañeros en la tortura. La plática que mantuvimos me permitió enfocarme en otra cosa que no fueran los gritos de cansancio y sed que mi mente repetía y menos en el miedo a caer en estos caminos. 


Por momentos el camino exigía mucha concentración, las piedras que hacían el camino no permitían poner ambos pies al mismo tiempo, además de ser tan estrechas que sólo cabía el pie de lado.

Entre platicas y maltratadas al camino llegamos al puente que nos llevaría a la montaña pequeña y de regreso a la ciudad perdida, terminé mi ultimo recurso cítrico y rogué al cielo que la salida estuviera cerca.


Al llegar a la salida de Huayna Picchu me esperaba Gilmer con su prima y Mamá. Yo aunque sonreía estaba muerto de sed y cansancio, tome mis últimas reservas de agua mientras agradecía su compañía en el descenso. Gilmer con un gesto que agradeceré siempre, me regaló la mitad del agua que tenía, fue para mi como un salvavidas en medio del mar de desesperación que sentía.  No recuerdo otra oportunidad en que mi sed fuera tanta y además que no pudiera adquirir los medios para eliminar esta necesidad física que me agobiaba.  Platicamos un rato mientras intercambiamos correo, le prometí que lo buscaría y le compartiría la historia y esta foto.
Caminé agotado a la salida de la ciudad, había tenido suficiente de Machu Picchu, había requerido lo mejor de mi y se lo había dado. No tenia más que dar.



La última foto de la famosa ciudad perdida Inca mientras me encaminaba a la salida. Salí de la ciudad satisfecho de lo que había logrado, ningún remordimiento! nada le debía al viaje y la ciudad Inca!  Nunca imagine todo lo que pude hacer con tan poco. Traía una cámara llena de recuerdos y un corazón que desbordaba agradecimiento por estar vivo y por haber vivido esta experiencia. Un viaje que me llevo a nuevos limites físicos y mentales, un viaje que no olvidare facilmente. Hasta la próxima Machu picchu!

Link a Primera Parte:

Machu Picchu: parte uno La puerta del sol
Link a Segunda Parte:

Machu Picchu: parte dos, La ciudad perdida 

© fotos y materiales con derechos reservado prohibida su utlizacion sin autorización. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Lecciones: Perdonar como niño






Nos ha pasado recientemente que mi hija ha utilizado una frase que me ha causado cierta intriga: Te perdono. Qué poderosa frase para una niña de casi 3 años.  Pero lo importante es: ¿por qué la usa? ¿en qué situaciones? y me he puesto a analizarlas, sé que no descubrí la cura contra el cáncer pero quise compartir lo que he pensado.

Ella ha usado esta frase en situaciones como cuando su Mamá le dice que es hora de lavarse las manos y dientes y ella no quiere porque quiere seguir jugando o cuando tiene ganas de ir al baño pero no quiere ir... A mi me la dijo ayer entre sollozos y fue entonces que analicé la situación a detalle. Conmigo la historia fue que ella ya estaba en su cama lista para dormir y yo me fui de su cuarto pero le dije que regresaría. Estaba en la computadora preparando una película que quería ver después de que ella durmiera. Mi sorpresa fue que ella se levantó de la cama y fue a ver qué estaba haciendo. Al verla le dije que se fuera a su cama y que yo estaría con ella en un momento, me contestó con un claro y sonoro: NO. No me voy. Entonces me molesté y tomándola de la mano la lleve a su cuarto y le dije que me esperara en su cama. Por supuesto se puso a llorar apasionadamente. No la regañé y menos pensar en pegarle, pero ella estaba muy enojada.
Al regresar a su cuarto me dijo después de calmarse: Te perdono. Pensé por supuesto que no había hecho nada para ofenderla, pero la cuestioné para ver cuál era su perspectiva. Ella se enojó porque la hice hacer algo que no quería. Y me regalo su perdón sin mas. Yo le expliqué por qué me había enojado y también le dije que la perdonaba. El asunto terminó con un beso y un abrazo que aún atesoro en mi corazón y alma.

Me he quedado pensando y entiendo ahora de mejor forma algo lógico. En una pelea, en un evento que nos causa dolor, también existe algo que nosotros como ofendidos pudimos hacer al ofensor. A veces no nos damos cuenta de esta realidad. Puede que no sea consciente y aunque no compense el daño que hemos recibido, esta otra persona esta herida y por eso nos lastima. Otras veces puede ser que no sea que nosotros le hicimos ese daño, puede que sea parte de su historia personal. Algo o alguien lo ha lastimado y eso ocasiona que nos lastime, y claro: ¿yo que culpa tengo? ninguna obviamente. Pero vamos por la vida guardando rencores y también haciendo heridas y es inevitable que esto sea así. Lo que si podemos es mejorar lo que guardamos y no perdonamos.

Les confieso: yo quiero ser como ella, quiero ser capaz de regalar perdón a los que me lastiman y también quisiera que me perdonaran por el daño que hago queriendo y sin querer. Quisiera algún día volver a tener el corazón puro, como ella lo tiene, que no se queda con nada malo, solo con el amor que le damos. Ojala mi viaje de vida me permita desaprender a odiar y me ayude a aprender a amar más y mejor. 

Es necesario que yo disminuya para que El crezca en mi...

viernes, 31 de agosto de 2012

Pequeñas maravillas

La vida esta llena de cosas increíbles, cosas sencillas y cosas complejas que nos maravillan. Yo me descubro impresionado detrás de la lente de mi cámara. Capturando cosas que recordare y que serán tesoros para los que amo cuando nos separemos.

En esas risas y en esos despertares que puedo ver, en esos ojos que me miran con amor, en la vida que se transforma y evoluciona, en la vida que me sana y lastima... en todas ellas...  redescubro continuamente las pequeñas maravillas de mi existencia y entonces doy gracias por lo que he podido vivir y porque sigo aquí creciendo y por sobre todo maravillandome.





Una pequeña vida empieza. 



 Una pequeña vida se transforma.



Como la mariposa, Sofi se transforma ante nuestros ojos.




 y nosotros como ella nos maravillamos al ver su transformación.




Mientras vemos como descubre la vida,  nos hemos maravillado de la nuestra.

porque en su sonrisa esta la fuente de la nuestra.


viernes, 24 de agosto de 2012

Machu Picchu: Parte 2 La ciudad perdida.

El camino de vuelta a la ciudad perdida de Machu Picchu era por demás majestuoso, para mi deleite el día estaba despejado y la luz entraba entre las montañas mostrando un baile de luz y colores.




Ademas tenía estos colosos blancos que mientras cuidaban la ciudad me miraban y yo admirado les agradecía por la oportunidad de conocer el patio de su casa.




Alcancé al grupo del tour fácilmente preguntando la ruta común para conocer Machu Picchu, el nombre código del grupo era Washington, irónico pero debería ser para que los turistas de cualquier nación pudieran fácilmente identificarlo.

Machu pichu estaba divido en dos, la zona agraria y la ciudad. El tour empezó por la zona agraria, donde el sistema de irrigación en cascada permitía alimentar a la poblacion.



La entrada a la ciudad fue... rápida. Con tanta gente no se podía parar ni un segundo.  Una única puerta por la que todo y todos debían entrar, para seguridad de los habitantes asi estaba dispuesto. O por lo menos eso nos dijo el guia, porque salí por otra puerta. Era una caravana de turistas que seguíamos al líder como ovejas al pastor.




Detrás de la ciudad la gran referencia en cualquier foto es la montaña Wayna Pichu. El Guía nos mencionó que subir esta montaña era posible y que los incas lo consideraban una prueba para los puros de corazón.  Wayna pichu seguiría siendo la gran referencia durante el tour.



El interior de la ciudad mostraba estructuras de casas relativamente grandes, con techos de paja y con ingeniería anti sísmica.  Es por estos eventos telúricos que se cree que las edificaciones incas no son de mucha altura. La vista desde dentro de las casas era simplemente increíble, con montañas en las que imagino sería fácil pasar el día observando el paisaje.  En la parte baja puede observarse una panorámica del tamaño de las plantaciones de Machu Picchu.



Los Incas no transportaron las piedras hasta esta región para la construcción de Machu  Picchu. En esta foto, tomada desde dentro de la ciudad, se puede observar la cantera de donde fue extraída la roca que luego era transportada a la edificación deseada.


De pronto fui sorprendido por una vista escalofriante: volteé a mi izquierda y encontré una escalera que parecía descender al mismo vacío de la montaña. Una señora que estaba a mi lado abrió grande los ojos y me dijo, "no me imagino bajando algo como esto"  "Yo tampoco" le contesté, mientras imaginé la construcción que debió requerir esta escalera. 


Los incas tenían este tipo de representaciones, en las que la roca fue tallada para igual la forma de una montaña.  Esto es en honor a la pachamama, la madre tierra, en ella representaban el equilibrio que debía existir con ella para vivir en paz. 


El tour hacía su curva final, y el guía señalaba a Wayna Pichu. Mientras nos acercábamos a la montaña nos recordó su importancia y dijo que era un privilegio subirla. No mas de 400 personas dentro de los miles de visitantes diarios que tiene Machu Picchu tienen acceso a la montaña. Y por supuesto no todos logran llegar a la cima. 


Yo me concentré en tomarle fotos a la montaña, me parecía increíble e imposible que alguien pudiera subirla, era impresionante y muy vertical. Claro! hay personas que suben cosas peores, pero aqui habíamos mortales que no eran parientes del hombre araña!


Me enfoqué en encontrar a esos valientes que decían subir caminando esta montaña. Mientras lo hacía me recorrió un escalofrío: recordé que mi tour operador no mencionaba las dos horas libres que yo pensaba que tenía para comer en un pasto. ¿acaso había olvidado el pequeño detalle de qué tenía que hacer?  Tome la foto y empece a sudar. 


Seguí caminando detrás del guía mientras trataba de recordar lo que decía el correo que me había mandado. Ademas era imposible subir esa montaña!, solo un loco se aventuraría a hacerlo! y menos podría hacerlo con menos de un litro de agua y 4 mandarinas! No podría hacerlo otra vez, ya había subido a la puerta del sol y esto era muchísimo mas difícil! igual y no sabia si tenia la entrada que requerían.  Saque mi celular para ver el correo donde estaba el itinerario del viaje... 



10:00 AM Tiempo libre para... imposible!! eso quería decir que si tenia entrada!

Concluirá!.. 

Link a primera parte:

Machu Pichu Parte 1: La puerta del sol.

Link a parte tres:

Machu picchu ultima Parte: Huayna Pichu el gran reto.

© fotos y materiales con derechos reservado prohibida su utlizacion sin autorización. 

lunes, 20 de agosto de 2012

Learning to fly...

Con miedo estiré la mano, como en las películas podrían ver mis dedos temblando. Ya me había rechazado una vez pero esta vez las cosas eran distintas, podía sentir que ella me miraba diferente y bueno: me arriesgué. 
No me equivoqué, no esta vez, y cuando sentí su mano tomando la mía mi corazón palpitó fuertemente, débil ante la emoción solo mire el enorme árbol que adornaba la plaza obelisco. 
Cerca de navidad y se daba el milagro, el milagro era que ella, la que tanto había querido desde mis  15 años respondiera a mi interés. Necesitaba tiempo para procesar la información, tiempo para pensar en una estrategia y tiempo para decidir si dejaría que me rompiera el corazón, otra vez. 

Corté la noche con las ganancias que tenía y la llevé a su casa, no le toqué el tema: pero había algo en su mirada.

Incrédulo manejé con la música a todo volumen los veinte kilometros que me llevaban a casa y recosté la cabeza analizando lo que había pasado, pero mas quería entender el significado de sus gestos, el cambio en su mirada y por supuesto el por qué no me había rechazado.
Algo estaba cambiando en ella, pero qué era? y qué tan duradero era el cambio? valía la pena el riesgo?  preguntas sin respuesta.

***

Estaba cumpliendo 16 años cuando decidi encarar mi miedo a decirle la verdad. Una verdad que suponia ella sabía plenamente, pero que yo aún no había confesado. Era su mejor amigo pero desde hace mucho yo estaba enamorado sin remedio de ella. Tenía mis dudas de que fuera recíproco, aunque a veces parecía interesada no terminaba de ver lo que confirmaría mis deseos.
Esa noche no quise esperar mas, dueño del mundo como se siente a esta edad, la tome del brazo y le dije que queria hablarle. La mire a los ojos y le dije que era yo el que estaba enamorado de ella. Descubriendo así aquella famosa falacia de que era un amigo en comun el que quería conocerla.
Ella me miró con un gesto incomodo, como queriendo retroceder el tiempo, bajó la mirada y sin volver a encontrarse conmigo me dijo: Hay que olvidarse de eso. Se dio la vuelta y se fue. Yo me quede clavado en el garage de mi casa, mudo e incapaz de entender lo que sucedería ahora.

Tiempo despues estaba escuchando la canción kumbala de maldita vecindad... ahora recuerdo claramente la frase: en la pista todo es musica y pasion...

***

Fuimos al cine de las americas, no recuerdo la película que estábamos viendo, pero estaba nervioso nuevamente. Estaba apunto de hacer un movimiento clave en este ajedrez, si mi estrategia y la lectura que hice de ella eran las correctas esta vez no me quedaría congelado en el garage de mi casa.
La película siguió y yo me acerqué a besarla, por un segundo contemplé su gesto de aceptación y mi corazón parecía brincar dentro del pecho. El beso fue breve, brevísimo pero el paso era cualitativamente increíble. Cada quien regreso a su sillón y miró nuevamente a la pantalla, ni una palabra, yo sonreía dentro de mi pero me mantenía tranquilo en aparencia.
Volteé a verla para ver su reacción y nunca imaginé lo que vi, no era posible!! Estaba llorando. Lloraba, claramente perturbada por lo que habíamos hecho, algo estaba mal, muy mal. Pude recrear lo que me costaría superar este fracaso, pero era imposible! todo estaba bien hace un minuto! pero ya no lo estaba.
El problema era que seguía siendo su amigo, su mejor amigo y yo no podia ser mas que eso. Aqui es donde los hombres nos separamos de ellas, nosotros no tenemos categorías fijas. Todas, con pocas excepciones, pueden llegar a ser tu pareja. Ellas tienen estos cajones fijos o escaleras como lei en internet, en las que ponen a sus conocidos. Un amigo esta con otros amigos compartiendo el mismo cajón y los novios o futuros prospectos tienen su propio cajón y nooo! no se mezclan! NUNCA.
Aquí estaba yo poniendo en jaque a la señorita, cuestionando la lógica y la necesidad de tener estos cajones. Nada que hacer, la etiqueta estaba puesta y no se podía cambiar.

Dos semanas despues estábamos en el cine y la historia se repitio con todo y las lágrimas, pero esta vez sería Jaque mate o me retiraría de la partida.

Un par de horas después manejaba con lágrimas en los ojos y no podía creer que volvía a encarar su rechazo, que me volvía a equivocar con ella.

***

Alguien me llamaba, llegué al teléfono y era ella. Contuve la emoción y me porte frio porque no era gracia lo de estar en este juego. Ella tratando de suavizar mi resequedad me sacaba conversación, nada. Al final me dijo: necesito hablarte, por favor juntémonos. A regaña dientes acepte ir a ver cuál era el veredicto final de este juego. Yo no tenía la más mínima expectativa, me imaginé otro diálogo de disculpas improductivo.

Sabía que yo no tenía mucha paciencia y fue al punto que quería decirme: Me pasé el fin de semana llorando por lo que habia pasado con nosotros, mi Mamá se acercó para preguntarme qué tenia, al contarle me contestó: Pero si realmente no lo querés por qué estas llorando por él?. Asi que estoy aqui para decirte que estoy dispuesta a que probemos, quiero ser tu novia como tu me propusiste.

Frio otra vez y luego incrédulo, las cosas estaban cambiando tan rápido que no podia abrazar la felicidad tan fácilmente. La cuestioné más para ver que tan sólida era su nueva resolución.  Nada, no me la quise tragar tan fácil y pensé que era mejor ser cauteloso con el asunto.

Unos dias despues fuimos al cine a ver la pelicula Bichos de disney, esta vez ella me tomó la mano mientras entramos al cine, estaba relajada y yo no dejaba de estar nervioso.  La voltie a ver y ella me miro de vuelta, la historia se repetia, la bese por tercera vez y esta vez ella tambien estaba nerviosa. Lo se porque sentia su pulso. Seguimos viendo la pelicula y voltie a verla nervioso, esta vez me vio de vuelta y se rio. Sus ojos brillaron igual que los mios.

***

En mi casa unos dias despues de la emoción me cuestionaba lo que estaba pasando, no era posible que estuviera viviendo esto. Pero al recordar lo que había vivido en los últimos dias me recorrió un escalofrio de miedo, los recuerdos del dolor de perderla estaban ahi, las veces que lloré y las veces que quise regresar el tiempo para sentirme menos mierda.
Dudaba de si duraríamos, si ella se mantendría en esa postura y si esto era un sueño cuánto tiempo lo duraria? la conocía y sabía que podía variar sustantivamente en cuanto a sus decisiones amorosas. Era inteligente correrme el riesgo de enamorarme otra vez y de des-enamorarme después? valía la pena sufrirla por ella?

Recordé entonces lo que tanto deseaba aquella noche de mi cumpleaños que me quedé frio. Una oportunidad. Yo sabia cuanto la quería, yo sabia lo que podia hacer por ella y necesitaba poder demostrárselo y demostrármelo. Como un rayo recordé que ya una vez la había superado y entonces el miedo no tuvo poder para argumentar nada, no era imposible sobreponerme. La vida no se acababa sin ella.  No podia ser tan mezquino de entrar al juego a medias, no podia evitar zambullirme en la relación. No habia otro camino y entonces tomé una determinación: No sabia si duraría un mes o una semana pero decidí marcar con sangre si fuera necesario cada dia que fuéramos novios. Queria que si fracasabamos ella tuviera que comparar a cualquier otro conmigo, como yo lo hacia con ella. Actue en consecuencia: en un mes apliqué todo lo que había aprendido e inventé cosas nuevas, no había mas: era ahora o nunca.
Duramos casi 7 años de novios.





















Ahora llevamos 7 años como esposos y tenemos una hija, la historia aún la seguimos escribiendo...