miércoles, 30 de mayo de 2012

Abrir un poco más los ojos

Desde principios de este año empecé a ocuparme más por la fotografía, he aprendido mucho y sigo haciéndolo. Esto me ha permitido ir abriendo mas los ojos y poner atención a otros detalles que antes no veía. Tal vez pasamos mucho tiempo dejando de ver detalles que realmente harían distinta nuestra vida si estuviéramos más conscientes. Tal vez si viéramos esos detalles dejaríamos de querer más y empezaríamos a apreciar mejor lo que tenemos.

Para muestra un botón, así decían al poner un ejemplo mis papas. Estas fotos las he tomado "sin querer" en el jardín de mi casa. Nada muy rebuscado, un poco de perspectiva, en otras aumento de enfoque sobre detalles y listo: tenía unas fotos que no pensé en un lugar inesperado.


Para los que andan en Facebook, abri un perfil para compartir esta pasion de la fotografia y los invito a que platiquemos por ese lado tambien! aqui les dejo el link, espero verlos:




lunes, 28 de mayo de 2012

My Brown eyed girl

Ayer regresaba de un paseo y pensé que nunca le he tomado foto a una de las cosas mas hermosas que Dios me permite ver cada día. A veces dejamos de realmente ver lo que es importante, y pensé que es una de las "cosas" que me permiten vivir con una sonrisa.  Si el amor tiene una forma de vernos, esta es la forma en que me mira a mi. Si mi alma reconocerá la mirada de una persona, este es el sello que esa mirada tendrá.

Ustedes ya saben como los ve el amor?


voy escribir más con mis fotos, serán post cortos pero espero que les gusten.

© fotos y materiales con derechos reservados, pedir autorización para utilización

domingo, 6 de mayo de 2012

Mis ultimas horas a tu lado.





Debía irte a traer al trabajo para ir al puerto a celebrar tu cumpleaños pero tu frágil salud puso en riesgo el viaje. Tantas veces te emocionaste al pensar en la playa que pensamos sería una grata excusa para reunirnos y decirte cuanto te queríamos en tu día. Justamente ese día te sentiste mal y después de visitar al  doctor, dijo que el calor te caería bien, deseando un descanso del dolor de verte enferma y verte sonreír nuevamente, pase por ti, con ilusión subiste al carro y yo te vi frágil. 
En el camino pude verte enojada porque mi Papá no venía con nosotros en el inicio del viaje.  Estabas realmente deseando estar con él, te aferrabas a su amor como una quinceañera enamorada, como un berrinche que te arrebataba la razón.  Después de todos esos problemas de los meses recientes te pregunte a quemarropa, mientras miraba por el retrovisor tu reacción; "Realmente lo amas verdad? Aun después de todo lo que ha pasado, lo seguís amando? Y me dijiste contundente y sin razonamientos: Si, mientras tus ojos me atravesaron con lagunas llenas de verdad. 
Yo trate de acortar el viaje platicándote, tratando de desviar tu atención pero la enfermedad no te dio la tregua que anhelábamos.
Llegamos al lugar donde nos hospedaríamos, después de algunos inconvenientes con el aseo del lugar pude encontrar una cama para ti. Esperaba que tus molestias fueran mejorando pero no te vi sonreír nuevamente en toda la noche, tu dolor se hacía más intenso y yo me sentía inútil al no poder aliviarte. Nos esperaba una larga noche de dolor y yo quería cuidarte como tantas veces tú lo hiciste, acaricie tu pelo y te abrace y sentí tu fragilidad y me dolió la mía.  Con ese amor que no termino de entender cambiamos de papel, aun en tu noche de agonía, lo último que recuerdo es que me acariciabas el pelo, como diciéndome que todo estaría bien.  No sé cuántas veces me desperté a darte un masaje en la espalda que era lo único que te aliviaba el dolor.  
La madrugada llego y con ella la esperanza de que todo mejoraría. El regreso a la capital era ineludible, fui rápidamente a traer algo para comer y vi con tristeza el mar que era nuestro escape favorito, esta vez lo observe con el corazón estrujado al sentir que no volveríamos a estar juntos observandolo. 
Regresamos a la capital, las cosas no mejoraron, veía las horas pasar y con ellas mi esperanza de salir de esta juntos se diluyeron. Las noticias no mejoraron y pronto el adiós nos robaría tu presencia. Fue todo un conjunto de ideas, vivencias borrosas, manejo de crisis y sentimientos dolorosos. Cuando era más joven no podía visualizar la realidad de tu partida, no podía imaginar la falta que me harías, pero ese día afrontaria lo que no quize imaginar. La afronte de la mejor forma que pude, racionalizando y sobreponiendo lo importante de cada momento a mis sentimientos. Ya tendría yo mi momento para afrontarlos y para verme a la cara sin ti.  Ahora entiendo el valor de los besos que no te di o de los abrazos que el dolor no me dejo darte.

Quería manejar la situación para ti, ayudarte como fuera a afrontar este momento, hice lo mejor que pude tratando de ayudar a otros con tu partida para que no te doliera verlos mal. Sabía que los amabas y que te destrozaría verlos así.   Yo no podía verte y mantener la tranquilidad, no soy tan fuerte. No podía ocultarte, nunca pude, lo que me atormentaba.  Así que te dije que te amaba y rápidamente salí del cuarto para no quebrarme frente a ti.  Siempre fuiste tú la que escucho mi llanto y cuido mis heridas, a quien acudía con los más grandes problemas para afrontarlos, eras tú la que me daba el ejemplo de cómo encarar esas cosas que no entendía.
Ese día, que recuerdo como si fuera ayer, esta lleno de momentos que rasgan mi memoria. Mi mente imagina cosas que debía hacer, besos que debía darte, cosas que debía decirte. Hoy frente a la computadora llego el momento de dejar salir esas palabras que no pude, que no tuve la fuerza de decirte.

No se si debo pedirte perdón por no ser tan fuerte, por no decirte lo que se que sabias. Decirte que te amo y que sin duda has sido la persona más importante e influyente de mi vida. Que te debo una vida de amor y atenciones, que nunca podre dejar de bendecir tu existencia, ni de rezar por tu alma. Debí también pedirte perdón por las veces que no te respete y por las veces que mi inmadurez y carácter permitieron que te hiciera daño.  Se que pude ser mejor hijo y que solo por los esfuerzos que hiciste debí ser mejor y quiero que sepas que siempre luchare por honrar lo que con esfuerzo conseguiste para mi y mi vida.

No pude verte a los ojos mientras la vida de tu cuerpo se acabo, no se si debí ser mas fuerte para ti, si debí permanecer a tu lado, pero temí no poder contener mi dolor y lastimarte en esos últimos momentos.

Vivimos muchas cosas juntos, muchos viajes y aventuras. En cada nueva aventura te recuerdo e imagino tu reacción. Hoy me haces falta en esas risas de Rita Sofia, me haces falta en mis dudas y miedos. Me hace falta tu apoyo y empuje para luchar y  me hace falta crecer mucho para parecerme a ti.

Se quedaron muchas palabras y muchas cosas que no dijimos, el adiós nunca llego a nosotros. Y he  llorado imaginando esas palabras, esas miradas y esa comprensión que recibí de forma única contigo.

Hoy quiero aceptar y dejar que junto a estas palabras que te llevas, me llegue la paz para honrar tu recuerdo con alegría y entrega como tu lo hubieras querido.  Por el amor que nos tenemos y por la misericordia de Dios se que nos volveremos a ver y platicaremos de tu viaje y el mio. Reiremos y lloraremos al vernos nuevamente, pero mientras ese momento llega aquí estaré honrando tu vida con la mía, esforzándome por ser el hombre que te hiciera orgulloso.

Tu hijo que te ama.